Viajar es la cura para la ignorancia. Nos obliga a darnos cuenta de lo pequeños que somos y nos saca de la idea egocéntrica de creer que el mundo gira alrededor nuestro, mostrándonos que la vida es un regalo maravilloso que no podemos desaprovechar.

Pero para no ser tan generales,

¿Cómo exactamente viajar nos hace mejores personas?

Viajar es la cura para la ignorancia

“Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”.

– Mark Twain

La ignorancia es una forma indirecta del mal, nos hace creer que estamos aislados y que lo más seguro es defendernos de un ataque que realmente no existe.

La ignorancia es miedo y rechazo a lo diferente, es juzgar en lugar de vivir y por eso es muy fácil que la ignorancia degenere en odio.

Viajar nos abre los ojos a otras culturas, a otros estilos de vida y creencias además de obligarnos a evaluar nuestras costumbres, por difícil que parezca entender las de los demás.

La diversidad es la riqueza de la humanidad.

Viajar nos hace más confiados

“Viajar sirve para ajustar la imaginación a la realidad, y para ver las cosas como son en vez de pensar cómo serán”.

– Samuel Johnson

Los noticieros nos envenenan todos los días con malas noticias haciéndonos creer que la humanidad está podrida, que sólo pasan cosas malas en el mundo y esto nos llena de miedo.

Viajando nos damos cuenta que el bien es mayoría, especialmente cuando descubrimos lugares que se supone son peligrosos, cuando vivimos la hospitalidad de la gente simple y nos sorprendemos al ver que lo que vemos en la televisión está muy desviado de la realidad.

No le hagas caso a esos fatalistas y pesimistas. El mundo es un lugar increíble que vale la pena descubrir.

Viajar te hace más flexible

“Viajar es una brutalidad. Te obliga a confiar en extraños y a perder de vista todo lo que te resulta familiar y confortable de tus amigos y tu casa. Estás todo el tiempo en desequilibrio. Nada es tuyo excepto lo más esencial: el aire, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo; todas aquellas cosas que tienden hacia lo eterno o hacia lo que imaginamos como tal”.

– Cesare Pavese

Lidiar con perder vuelos, perderse en una ciudad nueva o hasta enfermarse con algo que comemos en la calle normalmente nos dañaría el día por completo.

Viajando aprendemos a aceptar que no todo es perfecto, que también podemos disfrutar de las cosas que no salen bien porque sólo son parte del camino y finalmente, cuando viajamos realmente no hay un destino y siempre es más emocionante el trayecto que la llegada.

Viajar te hace más aventurero

“Dentro de veinte años estarás más decepcionado de las cosas que no hiciste que de las que hiciste. Así que desata amarras y navega alejándote de los puertos conocidos. Aprovecha los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre”.

– Mark Twain

La vida es una aventura y así deberíamos vivirla. 

Sabemos que viajar no es para todo el mundo, pero tomar la decisión de hacerlo se trata de no seguir el camino que nos imponen y esforzarnos por hacer lo que realmente amamos. 

La vida no tiene que ser tan difícil como creemos, son nuestros miedos los que nos hacen tomar decisiones que enferman nuestro espíritu porque van en contra de lo que realmente amamos.

Aprender a ser más aventurero se trata de arriesgarse, jugársela por no ser uno más del montón porque sólo así podemos vivir una vida plena. Pero debemos ser consientes que lograrlo implica un gran trabajo.

De todas maneras, trabajar por un sueño, ya es empezar a vivirlo.

Viajar te hace más sociable

“Un viaje se mide mejor en amigos que en millas”

– Tim Cahill

Cuando nos alejamos del círculo social de toda la vida, cuando nos salimos del cubículo de oficina donde los años se pasan volando, nos enfrentamos a comunicarnos con personas diferentes todos los días.

Esa interacción constante, lo quieras o no, te convertirá en una persona más extrovertida, más amigable y con mayor facilidad para relacionarse con los demás.

Sin contar que cuando vuelvas a casa, tendrás las historias más increíbles que contar a diferencia de otros que sólo hablan del clima.

Viajar te hace más inteligente y feliz 

“La verdadera inteligencia se trata de saber vivir”

– Facundo Cabral

Aprenderás de historia mientras la vives. Entenderás más del mundo y sus culturas y lo más importante, te darás cuenta que sólo dejamos de tratar de cambiar el universo cuando entendemos que somos parte de él.

He oído la frase que la felicidad es inversamente proporcional a la inteligencia. “Es que soy tan inteligente que no puedo ser feliz”

Yo en cambio creo que estamos mal en cuanto al verdadero significado de la inteligencia.

Para mi ser inteligente es aprovechar al máximo el mayor activo que tenemos que es el tiempo, y forjar el carácter suficiente para atreverse a pensar por sí mismo.

Mientras podamos hacernos cargo de nosotros mismos, no tenemos porqué rendir cuentas a nadie.

Finalmente la inteligencia sin acción no es más que una idea.

Hoy está en nuestras manos vivir la vida que queremos. Es más riesgoso no enfrentar nuestros miedos que perseguir nuestros sueños y el verdadero peligro está en nunca atreverse por lo menos a intentar construir una vida extraordinaria.